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España empezará a perder playas en los próximos 10 años, según Greenpeace

Señalan la turistificación como una mala práctica que "está acosando muchas ciudades españolas", como Barcelona, Palma y Valencia.

Jueves 25 de julio de 2024

Consideran imprescindible poner coto a la turistificación masiva

No hay región costera española que no esté expuesta a riesgos, según el informe 'Crisis a Toda Costa 2024' de Greenpeace, el cual señala como causas el exceso de urbanización e infraestructuras, la contaminación, la construcción de barreras artificiales, el despilfarro de recursos naturales y el encauzamiento, entre otras cosas.

Habiendo realizado una radiografía del estado de los más de 8.000 km de costa española, la ONG ecologista asegura que España empezará a perder playas en los próximos 10 años. Y es que todas las actuaciones anteriormente nombradas habrían provocado desequilibrios que se traducen en el retroceso y la pérdida de las playas, y con ellas, su función de barrera protectora para millones de personas residentes en el litoral.

En el informe, destacan la turistificación como otra mala práctica que "está acosando muchas ciudades españolas", especialmente las del litoral, como Barcelona, Palma o Valencia. Para frenarla, plantean medidas como la limitación de vuelos y cruceros, el establecimiento de tasas por pernocta que repercutan en la mejora de los servicios públicos y la regeneración de ecosistemas o la limitación de alojamientos turísticos y la participación ciudadana en la planificación turística.

A estas malas prácticas, suman las relacionadas con el cambio climático, es decir, la subida del nivel del mar, el aumento en frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos, el incremento constante de la temperatura de mares y océanos y la pérdida de oxígeno disuelto en el agua.

Según las previsiones de la NASA, la subida del nivel del mar ocasionará la pérdida de playas en la totalidad del litoral. Tal y como muestra la regla de Bruun, de media se estima que, por cada centímetro que suba el nivel del mar, la costa retrocederá un metro. En este sentido, para 2030, ya se esperan impactos muy graves en la costa de Barcelona, Vigo, A Coruña, Villagarcía, Almería, Málaga, Huelva, Cádiz, Gijón, Santander, Bilbao, Las Palmas y Tenerife. Para final de siglo, en ciudades como Vigo, Cádiz, Bilbao o Las Palmas el mar se habrá comido más de 40 metros de costa, llegando hasta los 70 en ciudades como Barcelona.

Problemas y medidas

Los datos de la subida de la temperatura de mares y océanos muestran que las olas de calor marinas se suceden sin tregua desde 2022, tanto el Golfo de Bizkaia como las aguas baleares son las más vulnerables a su creciente intensidad. Temperaturas marinas más altas provocan la disminución del oxígeno disuelto en el agua y a ello se suma la contaminación, que provoca la acidificación del agua.

Como consecuencia, el agua más caliente se evapora más y esto provoca la formación de DANAs y ciclones más potentes y peligrosos, aumentando los daños por inundaciones. Actualmente, Murcia, Palma, Girona y Cartagena tienen más de 15.000 viviendas cada una situadas en zonas inundables.

Como soluciones, Greenpeace asegura que "tan sólo con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero, se podría evitar el 40% del retroceso de las playas de todo el mundo". Aunque también señala que son necesarias medidas de adaptación a todos los niveles (municipal, autonómico y estatal) que minimicen los daños y "busquen soluciones reales y duraderas".

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