Todo va de maravilla. En 2023, España habría recibido cerca de más de 20% de turistas internacionales en comparación con 2022. La crisis causada por la pandemia ha llegado a su fin y los profesionales están satisfechos. Ahora bien, ¿qué aspecto tendrá el Turismo con la aceleración del cambio climático, la inteligencia artificial y la multiplicación de las crisis geopolíticas?
Es posible que mi tesis de doctorado (Universidad de Córdoba, 2023) nos sorprenda con sus conclusiones y recomendaciones. Es probable que el Turismo experimente muchos cambios desde 2025. Por tanto, es necesario anticiparse a ellos y definir estrategias para afrontarlos, no solo con respecto a las instituciones, administraciones nacionales, autonómicas o locales, sino, sobre todo, con los profesionales que tendrán que pensar cada vez más en las políticas turísticas.
Este futuro del Turismo puede ser imaginado a través de tres escenarios después de una extensa investigación sobre lo que ha sido escrito por académicos, políticos o profesionales y de las respuestas a un cuestionario a más de 100 expertos internacionales.
El primero es la continuidad (Business as Usual). Muchos académicos y profesionales mostraron un conservadurismo optimista, creyendo que una vez superada la crisis del Covid, el Turismo tendría muchos años de progreso. Pero los artículos o blogs recientes muestran nuevas visiones y caminos innovadores hacia delante. Quizás Jean Pinard, director general del CRTL (Comité Regional de Turismo y Recreación de Occitania), al otro lado de la frontera español, fue el profesional más sincero. Para Pinard (2021), los políticos se equivocan cuando su única preocupación es calcular el momento de la vuelta a la normalidad de la economía turística.
El segundo escenario es el del Turismo sostenible en este periodo de transición energética o ecológica. Pero podría conducir a situaciones insostenibles a largo plazo, ya sea debido a la falta de recursos e importantes impactos negativos, o por el aumento de las desigualdades y conflictos que esto generará, especialmente en los sitios más reconocidos con un sobreturismo excesivo que llevará, como lo vemos en más y más destinos, a su rechazo por parte de los residentes locales.
El tercer escenario lleva hacia un Turismo urbano o rural, un Turismo de proximidad en una economía circular, responsable y solidaria. Para muchos expertos en Turismo, esta hipótesis parece la menos arriesgada a grandes crisis. Conciliaría la reducción de la desigualdad y la lucha contra el cambio climático. Además, este Turismo, en términos económicos, se convierte en un estabilizador automático, es decir, en un mecanismo con una actividad regulatoria, pasiva y anti-cíclica como son los impuestos y las prestaciones sociales.
El clima, la responsabilidad social, la democracia, la solidaridad y los idiomas serán claves
Paradójicamente, nunca los círculos académicos y empresariales habían cooperado antes y comunicado tanto a través de las redes sociales y las herramientas digitalizadas. Este flujo de información, solidario entre investigadores, ha ayudado a encontrar los manantiales de una posible resiliencia de nuestras economías, pero no del Turismo antes de la crisis sanitaria. ¿Es esta advertencia un requisito previo para lo que podría suceder?
¿Cómo poner en práctica estas ideas, estas irrupciones de innovación en el Turismo?, ¿cómo pueden las empresas y los destinos turísticos ser conscientes de que será necesario reclutar hombres y mujeres capaces de comprender el mundo, en respuesta a las crisis, especialmente el clima, la responsabilidad social, la democracia y la solidaridad frente a las crecientes desigualdades, hablando varios idiomas, conociendo varias culturas, llevando sus proyectos al éxito a través del diálogo y la plena transparencia?, ¿con qué gobernabilidad y liderazgo?, ¿hacia una gobernanza transformacional para el Turismo?
Hay formas de Turismo que nos llevarán a más democracia, a lugares de ocio, de cultura o de recreación, donde lo importante será proteger la naturaleza y su biodiversidad, respetar la Pachamama, siempre para aprender más sobre su cultura, tradiciones, de su patrimonio y la de sus vecinos. La digitalización y la inteligencia artificial serán sus instrumentos; instrumentos que cada uno puede controlar para evitar intrusiones en su privacidad.
Por ejemplo, el Turismo rural ha experimentado un rápido desarrollo en todo el mundo en las últimas tres décadas. Es un catalizador emergente y eficaz para la reestructuración industrial, el desarrollo agrícola y la mejora de las zonas rurales. No obstante, dejar de lado la ruralidad como cuestión clave puede llevar al desarrollo en la dirección equivocada, lo que podría poner en peligro la sostenibilidad del Sector Turístico. Esta es la última misión del Comité de las Regiones, para el desarrollo sostenible de las zonas rurales en Europa.
Otro ejemplo, París tiene la ambición de proponer los Primeros Juegos de Economía Circular. Los organizadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París quieren organizar los Primeros Juegos Sostenibles, Inclusivos y Solidarios. Para ello, han desarrollado sus propias estrategias y herramientas para que las empresas locales puedan posicionarse en los mercados públicos de los Juegos Olímpicos.
Más que eso, es el concepto de convivencia, de convivencia turística, que hay que plantear en las estrategias y políticas turísticas, como lo que se está trabajando en Córdoba, que busca el título de Capital Mundial de la Convivencia. Se trata de crear una "situación en la que diferentes comunidades y grupos humanos convivan dentro de una misma sociedad, manteniendo relaciones de vecindad, armonía e intercambio". La convivencia está en el centro de la responsabilidad social de las empresas, especialmente en el Sector Turístico, así como en los organismos de gestión turística. El futuro del Turismo dependerá de ello.