Con ello, se mejora la capacidad de reacción ante cualquier anomalía detectada
Durante este verano, se espera que España ponga fin a la crisis del Sector Turístico que comenzó con la pandemia del coronavirus y se extendió hasta el 2022 con la inflación provocada por la guerra de Ucrania. Junto a esto, los desarrollos tecnológicos y las inversiones procedentes de los fondos europeos, tanto para empresas como para la administración pública, están implicando una digitalización de todos los sectores.
El turismo y el medioambiente, muy unidos especialmente en verano, son el ejemplo. Profesionales de las TIC reconocen que cada vez es más habitual que los ayuntamientos incorporen sistemas de gestión IT que monitoricen los datos obtenidos, permitiendo un mayor control del impacto medioambiental y una eficiencia más alta en los servicios públicos.
Para esto, se monitorizan playas y se monitorizan flujos turísticos. Es decir, por medio de un mismo sistema se analizan los datos que se obtienen en tiempo real, logrando conclusiones como puede ser la erosión turística en una playa o el consumo de agua en una ciudad.
De esta manera, se logra tener un acceso mucho más sencillo e inmediato a toda la información recogida y se mejora la capacidad de reacción ante cualquier anomalía detectada. Estas técnicas ya se utilizan popularmente en las empresas, pero ahora son los ayuntamientos quienes aplican esta tecnología en la gestión de sus playas.
Los ayuntamientos de zonas turísticas muy concurridas tienen especial interés en conocer el estado de los puntos con más afluencia y ponen su foco sobre las playas, donde ya se están implementando sistemas para monitorizar el estado de cada arenal y controlar el aforo. Así, además de medir cuánta cantidad de turistas visitan un lugar en una franja horaria determinada, se consigue minimizar el impacto medioambiental en el territorio estableciendo medias precisas para mejorar la protección ambiental de las playas así como de la fauna y flora que las habitan.
“La monitorización es una realidad que está presente en el sector privado, y cada vez más instaurado en el público, con la que se mejora el control de puntos turísticos con grandes masas de personas. Con estos sistemas se puede calcular qué cantidad de gente hay en cada playa en un momento determinado. Y, así, se puede mejorar la eficiencia de servicios sanitarios, de seguridad o simplemente restringir el aforo de alguna de estas zonas si el daño medioambiental que se está ocasionando es alarmante”, explica Sancho Lerena, CEO de la empresa española Pandora FMS.
Estos sistemas de monitorización están siendo instalados en diversos puntos del país. En playas de Mallorca, por ejemplo, se ha empleado en el Sistema de Observación y Predicción Costero de Baleares. Con este mecanismo, la administración permitirá que los turistas compartan fotografías tomadas desde un mismo punto de la playa, permitiendo ver la evolución del paisaje para controlar su contaminación y dejando constancia del aforo que hay a cada hora en la playa.