Los vuelos intercontinentales desde y hacia Asia serán los que más subirán
Las tarifas experimentarán en los próximos meses un notable ascenso, aunque estas subidas serán diferentes en cada región del planeta, según afirma un estudio de OBS Business School. Los vuelos intercontinentales desde y hacia Asia serán los que más subirán. Por otro lado, aquellos vuelos que conectan extremo Oriente con Europa incrementarán sus tarifas en torno a un 12% en su clase turista y un 7% en business. Los vuelos entre Europa y Norteamérica experimentarán también una subida, pero esta vez menor, en torno al 3,7%.
Las aerolíneas europeas, más sensibles a la crisis de la energía que las norteamericanas, incrementarán hasta un 5,5% sus precios en clase turista y hasta un 6% en business, y el Sector, como siempre, necesitará de ayudas de la administración para sobreponerse a la recesión.
En lo que se refiere a la sostenibilidad, se debe señalar que el transporte aéreo es uno de los principales sectores que contribuye al calentamiento global. Como indica Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School: “El mayor reto es conseguir eliminar las emisiones de dióxido de carbono no solo por cuestiones medioambientales, sino también para calmar la presión de la opinión pública que en Europa es, con mucho, la más concienciada y movilizada del mundo en la lucha contra el cambio climático”. Esto pasa por el empleo de lo que se conoce como SAF (Sustainable Aviation Fuel), mucho más limpio que el fuel tradicional. Para alcanzar las cero emisiones hoy serían necesarios 23.000 millones de litros de este combustible, y en 2050 esta cifra ascenderá hasta los 449.000 millones.
Las aerolíneas que más esfuerzo están haciendo para incorporar carburantes limpios a sus flotas, comprando millones de galones de biocombustible de aviación sostenible son las norteamericanas United Airlines y Delta, seguidas por OneWorld y las europeas Lufthansa Group y Air France.
El informe indica que la flota europea también debe ser renovada de forma ordenada y decidida para no perder posiciones en el mercado y que, para ello, es vital la protección y defensa de esta industria, que representa una parte importante del PIB europeo. “Sería una garantía de independencia política y operativa en tiempos de grave tensión geopolítica internacional como los que atravesamos”, afirma Irastorza.