Desde hace unos años, las empresas han adoptado un nuevo enfoque respecto a la planificación de sus viajes de negocios, modificando esos procesos organizativos para implementar mejoras que permitan ejercer su actividad de un modo más sostenible. Veamos en cuáles se ha de incidir con motivo de la celebración del Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2 este 28 de enero.
Tras un paréntesis superior a los dos años por la pandemia, los viajes corporativos se han reactivado, puesto que para diversos Sectores productivos, empresariales y comerciales constituyen una necesidad. No en vano, el hecho de mantener una relación presencial con clientes, proveedores y socios resulta esencial para preservar y estrechar sus vínculos corporativos.
Según reconoce Carolina Borzatto, directora de marketing de SAP Concur para América Latina, aunque con la irrupución del Covid se pensó que las modalidades de teletrabajo o híbrido podrían llegar a remplazar en muchos casos a los viajes de negocios, no ha sido así. De hecho, para las compañías continúan jugando un papel primordial en su ecosistema y actividad.
En ese sentido,un informe de SAP Concur desveló que el 80% de empresarios temía que la ausencia de viajes produjera un impacto en su vida profesional y personal, preocupándose especialmente por la posible pérdida de contactos de negocios (45%) o por la reducción de los beneficios (38%).
Para conseguir que los viajes corporativos resulten más sostenibles, Borzatto subraya que “es vital diseñar políticas y prácticas que sirvan para generar menor impacto con los viajes, como por ejemplo, contar con un programa de viajes y gastos que permita realizar la mayoría de los procesos de manera digital”.
En el diseño de un programa de viajes de negocios las compañías han de identificar la transcendencia y oportunidad de los mismos. También han de reflexionar si esa es la única forma de llevarlo a cabo o, si por el contrario, pueden sustituirse por otras actividades alternativas (videoconferencias) que ofrezcan los mismos resultados y rendimientos. En el supuesto de que sea necesario realizar traslados, se determinará un protocolo que establezca el momento oportuno para ello, y que sus objetivos a mediano y largo plazo sean cuantificables.
Si se quiere tener éxito en esta estrategia, será esencial contar con el apoyo de la cúpula directiva. Puesto que los viajes sostenibles suelen generar mayores costes, resultará crucial obtener el compromiso a largo plazo de los responsables para hacerlo realidad.
Las compañías pueden ser más sostenibles por realizar viajes más conscientes, pero debe haber una estructura que planee esta estrategia a largo plazo, puesto que su posterior comunicación e implementación puede requerir varios meses y los resultados comenzarían a verse cumplido el segundo año. Asimismo, se complementará esta iniciativa en el día a día con políticas de diversidad e inclusión, igualdad y accesibilidad para todos los empleados.
Siguiendo con los preceptos de Borzatto, las compañías pueden ser más sostenibles si realizan viajes de un modo más ‘consciente’. Sin embargo, para lograrlo debe existir o crearse un departamento encargado de diseñar esa estrategia.
En el supuesto de que viajar resulte necesario, se determinarán normas claras al respecto que definan cuándo viajar, y cuál sea el propósito del mismo, además de establecer objetivos claros que luego se puedan medir a mediano y largo plazo.