Después de meses de pandemia, haciendo más vida dentro del hogar que fuera del mismo, las ganas de viajar y hacer turismo se han multiplicado. 2021 se presenta como el año de volver a viajar, pero ¿cómo serán los hoteles post-covid? En un contexto marcado por la incertidumbre, Barceló Torre de Madrid esboza las tendencias clave en materia de viajes que responden a esta pregunta.
Priorizarán la digitalización en los procesos, para que las interacciones les resulten cómodas y eficientes
1. Flexibilidad, seguridad y digitalización
Estas tres cualidades seguirán siendo las más demandadas por los usuarios en 2021. Se decantarán por opciones de viaje con políticas flexibles, que les permitan modificar o cancelar su reserva en una situación donde se impone la incertidumbre y los planes pueden cambiar en cuestión de horas. De igual manera, priorizarán la digitalización en los procesos, para que las interacciones que deben llevar a cabo les resulten cómodas y eficientes. Y por supuesto, continuarán exigiendo iniciativas de salud e higiene que garanticen su seguridad en todos los escenarios posibles.
2. Lo material pierde valor frente a las vivencias
El 2020 nos ha enseñado que el presente es un regalo, que la magia reside en lo cotidiano y que hay pocas cosas mejores que pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos. De ahí que lo material haya perdido valor frente a lo espiritual. Queremos más que nunca vivir experiencias inolvidables y rodearnos de aquello capaz de despertar los sentidos. Esto llevará, en 2021, a una clara predisposición por escenarios evocadores que contrasten con el hogar, algunos enmarcados por la naturaleza y otros por la ciudad.
3. Hoteles, guardianes de la gastronomía y la buena mesa
En 2020 desaparecieron los turistas y los locales cruzaron la puerta de los hoteles para disfrutar de nuevas experiencias, en su mayoría gastronómicas. Una vez dado este primer paso, en 2021 la tendencia será seguir explorando su lado más gastro para convertirse en punto de encuentro de amigos, familiares y empresas, haciendo gala de su hospitalidad. Con sus propuestas gastronómicas, los hoteles se convierten en guardianes de la buena mesa, erigiéndose como alternativa culinaria a los restaurantes y bares que los rodean.