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Ante la peor fase de la crisis

NEXOTUR | OPINIÓN EDITORIAL

Lunes 14 de diciembre de 2020
Una grave crisis... que se agrava. La evolución de la pandemia provocada por el coronavirus, con un segundo rebrote (que, aunque no ha desbordado al sistema sanitario, se ha cobrado más víctimas que en los meses de primavera), podría dar paso a un tercer rebrote en el primer trimestre de 2021, ofrece un escenario a corto plazo totalmente desolador.

La intermediación —agencias y turoperadores especialmente— se sitúa entre los subsectores turísticos más duramente castigados por la crisis sanitaria, agravada por la progresiva crisis económica causada por la pandemia. Tras ocho meses con más de 7.000 agencias cerradas y unos 50.000 agentes acogidos al ERTE, el Sector sufre la pérdida de la temporada de invierno, a la que se sumará, probablemente, una fallida Semana Santa... si la vacuna no lo impide.

Un Sector endeudado y con los créditos ICO consumidos, en parte a causa de malas prácticas bancarias que han transformado pólizas de crédito en préstamos con la garantía del Estado, saneando la solvencia de algunos bancos, a costa de agotar un dinero fresco que las agencias siguen necesitando. Y más a partir de enero de 2021.

El Sector se prepara para el cierre de entre un tercio y la mitad de los puntos de venta

Porque al igual que ocurrió tras el verano, al retornar a la dura realidad, después de las festividades de Navidad y Año Nuevo vendrá el período más difícil de esta durísima crisis. Los cuatro (o cinco) primeros meses de 2021, hasta que la aplicación de las vacunas normalicen la movilidad (y con la vista puesta en salvar la temporada de verano), pondrán aún más contra las cuerdas a nuestro Sector. Una situación crítica que exige la prolongación de los ERTE más allá de enero, ampliar el periodo de carencia de los créditos ICO (aplicando un nuevo tramo) y la concesión de ayudas directas a las agencias (al igual que a bares y restaurantes) por parte de las Administraciones central y autonómicas, además de la condonación de impuestos.

Con todo, el Sector se prepara para el cierre de entre un tercio y la mitad de los puntos de venta, ante la imposibilidad de resistir con cero ingresos, pese a la severa contención del gasto.

Cierres con resultados dramáticos para aquellos agentes que han avalado este endeudamiento con su patrimonio personal... y que ven peligrar, incluso, su domicilio familiar. Uniendo así al fracaso empresarial, la ruina personal.

Un desastre sin paliativos, ante el que no caben paños calientes. Incluso no pocas de aquellas agencias y proveedores que aguanten hasta el verano para hacer caja en temporada alta, podrían cerrar el próximo otoño ante una tesorería exhausta y un sobreendeudamiento insostenible.

Pero que nadie dude de que —pese a sufrir una mortandad empresarial sin precedentes—, el ecosistema sectorial se mantendrá. Los agentes volverán a hacer lo que mejor saben hacer: vender viajes. Una actividad que trasciende el aspecto laboral, al ser para muchos profesionales una verdadera vocación. Y, como un acordeón, el Sector se encogerá, para volver a crecer en cuanto la coyuntura lo permita. Esta pandemia convertirá a los agentes en mejores gestores, aunque más endeudados. De que haya o no verano en 2021, dependerá no solo el Sector, sino que España y nuestra economía tengan futuro.

Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.

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