El Barceló Costa Vasca, uno de los hoteles más emblemáticos de San Sebastián, ha reabierto de nuevo sus puertas tras un ambicioso proyecto de reforma, que ha incluido un nuevo centro de convenciones, para volver a posicionarlo como uno de los establecimientos de diseño más modernos de la capital guipuzcoana.
El proyecto de rehabilitación ha incluido el recubrimiento de la característica fachada del hotel, un referente de la arquitectura brutalista en Euskadi. Para ello, se han utilizado materiales más amables como una malla metálica de alucobón microperforada, que ejerce como cortina y facilita su integración con el entorno natural de la zona, sin perder su singular estilo.
Además del recubrimiento de la fachada, se ha llevado a cabo un trabajo de interiorismo inspirado en algunos de los símbolos más representativos de la ciudad de San Sebastián, así como del característico paisaje de Euskadi. El verde de la mesa de recepción y una impresionante lámina de espejos de tonos azules evocan a los clientes la sensación que tienen los marineros al aproximarse a Donosti desde el mar. Los paneles de madera de roble recuerdan a los frondosos bosques del País Vasco; mientras que la luz, que ahora inunda el interior de toda la planta baja del hotel, transmite la magia de San Sebastián, considerada una de las ciudades más bonitas y elegantes de España.
El proyecto de interiorismo incluye también dos murales de grandes dimensiones, asentados en las dos grandes curvas que dan forma al edificio, y confeccionados en hormigón, inspirados en la obra de Eduardo Chillida, uno de los artistas más reconocidos de la cultura vasca reciente.
La reforma ha permitido ampliar la zona exterior de la terraza, que ahora ocupa una superficie de 2.000 metros cuadrados, añadiendo una pérgola atoldada para dar servicio a los usuarios de la piscina semiolímpica como a los clientes del restaurante Ulía, un referente de la cocina vasca en la zona.