Las mejores soluciones son la detección temprana y el aislamiento de individuos infectados
Conexo.net | Viernes 13 de marzo de 2020
Un estudio sobre el impacto de diferentes medidas en la contención de la epidemia COVID-19 en España realizado por investigadores del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza señala que la reducción de la movilidad, en general, no es efectiva para contener la expansión geográfica del coronavirus. Los resultados, basados en un modelo matemático y datos reales de flujo de individuos, indican que las soluciones más eficaces son la detección temprana y el aislamiento de individuos infectados.
Estas conclusiones coinciden con otro estudio internacional elaborado por la American Association for the Advancement of Science y que ha publicado la revista Science. En el caso español, el estudio lo han realizado los investigadores Yamir Moreno, físico teórico y responsable del Grupo de Redes y Sistemas Complejos (COSNET) y director del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, y Alberto Aleta, miembro integrante de dicho grupo, vinculado, además, a la Fundación ISI de Turín (Italia).
Los investigadores han señalado que los resultados respaldan la adopción de una estrategia mixta que combine ciertas restricciones de movilidad con la identificación temprana de individuos infectados y su consiguiente aislamiento. Además, estas conclusiones concuerdan con las últimas recomendaciones hechas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Aunque este estudio se ha realizado con datos reales de movilidad en España, los hallazgos pueden extrapolarse a cualquier otro país, dada la ubicuidad de los patrones de movilidad en todo el mundo", ha afirmado Yamir Moreno.
Ganancia de tiempo
Los resultados del análisis muestran que la reducción del 90% de la movilidad
tiene un efecto limitado a la hora de frenar la propagación de la enfermedad. Incluso medidas drásticas en esta dirección, como el cierre total de cualquier medio de transporte, además de tener un coste económico elevado y en muchos casos, inasumible, no conducen a una reducción significativa del número de individuos infectados o de su expansión geográfica.
Lo que sí provocan es que el pico de la epidemia se retrase varios días, algo que, eventualmente, podría ser ventajoso para preparar mejor a los servicios sanitarios y a la población en general, además de ganar tiempo para el desarrollo de nuevas terapias farmacológicas.
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