Miércoles 10 de julio de 2019
El presente y el futuro de la movilidad urbana son eléctricos. Esto es una realidad. Solo hace falta echar un vistazo a los planes de desarrollo que manejan todos los fabricantes de vehículos. La propulsión eléctrica y la evolución de las baterías son necesarias para las ciudades y sus habitantes, pero deben ir acompañadas de un plan de movilidad que optimice sus beneficios ambientales y también por una infraestructura de recarga adecuada. Y puede que este último aspecto no esté a la altura, al menos de momento. Acea y la UITP han elaborado una declaración conjunta en la que indican que los límites de emisiones previstos para los años 2025 y 2030 "no se podrán cumplir" porque faltan puntos de recarga. Manos a la obra, pues.
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