Recursos Humanos es una función de servicio y de apoyo a la dirección general y al resto de los departamentos. Gran parte de nuestra actuación diaria va encaminada a trabajar con los jefes para que todas las áreas cuenten con los asociados que necesitan, con los conocimientos necesarios y con la actitud adecuada para la operativa en el día a día. Tenemos las puertas abiertas todo el día para cualquier necesidad que puedan tener los asociados. Ello independientemente de otras funciones de planificación, puesta en marcha de proyectos y las gestiones puramente administrativas que afectan a los asociados.
En principio la relación en mi departamento con el resto del hotel es muy buena. La relación es muy cercana, acompañamos a los asociados durante su experiencia en Marriott, cómo decía antes estamos siempre disponibles, ellos son en gran parte, el sentido de nuestra existencia. Hay personas muy jóvenes, que se han incorporado en este proyecto hace muy poco siendo ésta su primera experiencia, con lo cual tienen mucha ilusión y muchas ganas. También hay asociados que llevan trabajando tiempo, que han generado un trato de confianza con nosotros. Todo esto hace que las relaciones fluyan. Lo que los asociados se llevan del Madrid Marriott Auditorium son las relaciones vividas, los sentimientos de pertenencia, la intensidad de lo realizado… Una experiencia que es un máster, tanto en lo aprendido como en las relaciones de camaradería que se establecen.
Llevo trabajando en el hotel desde finales de 2002 y he vivido todo tipo de experiencias en esta casa. Cuando lo analizo, la sensación es que he pasado por varias empresas. He vivido momentos muy diferentes, desde la apertura del hotel a la transformación a la marca internacional.
La apertura fue muy especial porque era un proyecto nuevo. Todos los que fuimos parte de esto estábamos muy ilusionados. Era un momento en el que, ni en Madrid, ni en España -sigue sin haberlo-, había un hotel de estas características.
A pesar de esto lo que más me ha ilusionado, ha sido el cambio a la marca internacional. Ha supuesto mucho esfuerzo y estamos viendo que los resultados son muy buenos. Continuamente estamos creciendo. Por un lado, esto nos da una felicidad especial, y por otro, nos produce cierto miedo por el futuro, porque cuando estás arriba es más complicado mantenerse.
Marriott Auditorium para mí es una palanca que me impulsa, me mantiene muy activa en mi trabajo. Participar en una compañía que organiza los eventos que se celebran aquí, ver cómo se ponen en marcha los recursos y se coordinan, es una suerte. Me siento muy orgullosa de ser parte de este equipo y compartir estas experiencias.
Por otro lado, Marriott mira continuamente al futuro, ¿qué puedo hacer? ¿qué puedo dar distinto que no tenga el resto? Todo ello para seguir siendo el número uno a nivel mundial. Este impulso nos mantiene alerta a todos.
Instalaciones y medios los tenemos todos. Te puedes adelantar con alguna herramienta o servicio, pero en dos días, será implantado en otros lugares. Al final la diferencia, siempre está en el equipo. La relación y colaboración entre los distintos departamentos es muy buena; se genera un clima que hace más fácil conseguir que el cliente se sienta a gusto.
Es un hotel muy complicado porque tiene una plantilla estable que en determinados días se duplica. El colaborador externo, para nosotros es uno más, se sienten orgulloso de estar en este trabajo; con la misma sonrisa al cliente, el mismo trato... Somos personas cuyo trabajo es que otras se sientan como en su casa.
Aunque más tecnológico, con unos asociados volcados a enamorar y sorprender a nuestro cliente. El calor humano será, aún más, la clave de la diferenciación, tendremos humanos con recursos para la experiencia del cliente.
El Greatroom. Por su diseño, por los colores y líneas. Especialmente me encanta el árbol decorativo de metal, el encanto que produce en ese escenario.
Personalización, predisposición e ilusión.