El presidente de Futuralia, Eugenio de Quesada, ha dedicado la conferencia-marco del XI Foro de la Sostenibilidad Medioambiental del Turismo al Qhapaq Ñan y al Chasqui, como futurible producto turístico multidestino.
Futuralia 2018 ha servido de marco para el lanzamiento de una innovadora propuesta en materia de sostenibilidad turística: la creación de un excepcional producto turístico multidestino en Iberoamérica, basado en el Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca, que traslade a Iberoamérica, partiendo de la experiencia desarrollada en el sur de Europa con el Camino de Santiago. “El Qhapaq Ñan bien podría convertirse en el Camino de Santiago de Iberoamérica”, en palabras del presidente de Futuralia (y del Grupo NEXO), Eugenio de Quesada, que ofreció la ponencia-marco de este prestigiado foro, en su calidad de experto en los Chasquis y el Qhapaq Ñan, cuya investigación lidera como académico de número de la Real Academia Hispánica de Historia Postal.
Tras la ponencia, tuvo lugar un debate entre el ponente y dos destacadas personalidades vinculadas al proyecto: Bernardo Muñoz, consejero comercial y de turismo de la Embajada de Perú en España, y Claudio Meffert, ex director de Fitur y gran conocedor de los destinos turísticos iberoamericanos.
“El chasqui es al Qhapaq Ñan, lo que el apóstol al Camino de Santiago: la personalización del viajero que transita el camino”, apunta De Quesada, “convirtiendo así al turista en un remedo del correo del Inca (en la época prehispánica) y de la Corona (tras el Descubrimiento), un personaje muy popular y querido en Perú, conocido como Chasqui (su nombre en quechua), estableciendo un paralelismo con el Apóstol Santiago, exponente del peregrino en Europa.
“El tránsito por tramos del Qhapaq Ñan, una vez puestos en valor por los destinos de Iberoamérica por los que atravesaba el Gran Camino Inca, posibilitaría vivir una experiencia viajera excepcional, que trasciende al turismo, al adentrar al viajero en aspectos culturales y espirituales únicos, e impulsar al tiempo la gastronomía, el alojamiento, el comercio y la artesanía locales, dando a conocer las identidades de las poblaciones y la cultura indígena y, en suma, creando un modelo de producto turístico medioambientalmente sostenible”, concluye De Quesada.
Los participantes en el debate han subrayado la importancia de que la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo (OMT) haga suya esta iniciativa que, además de Perú (el Incanato tenía su sede en Cusco), comprenda aquellos países actuales a los que llegaba el Gran Camino Inca: desde Chile y Argentina por el sur hasta Colombia por el norte, pasando por Bolivia y Ecuador.