El riesgo de que la nueva Directiva europea que regula los Viajes Combinados, favorezca los portales de proveedores, en detrimento del canal de agencias de viajes, es rechazado por la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV).
El texto que se maneja actualmente, que previsiblemente será el definitivo, "permite a las páginas web realizar ventas cruzadas sin necesidad de someterse a las obligaciones de la directiva". La única exigencia, según CEAV, es que no transmitan datos de la tarjeta.
La posibilidad de que la venta cruzada entre portales quede al margen de la nueva normativa —debido a que solo será considerado como viaje combinado en caso de que las diferentes páginas web transmitan los datos de la tarjeta de crédito de los clientes— dejaría fuera de esta regulación europea a los canales online de los proveedores, mientras se mantienen las exigencias a las agencias. Insiste así Bruselas en aplicar una doble vara de medir, cada día más laxa, para el e-commerce en Internet, mientras aplica su regulación manu militari a las agencias.
Esta nueva versión de Bruselas de la ley del embudo (que comparten muchos Gobiernos de Estados europeos) deja lo ancho para el pujante "consumo colaborativo", muy especialmente si se desarrolla en la Red, mientras impone lo estrecho para la economía "tradicional". Manteniendo a las agencias (y hoteles, transportistas o restaurantes) múltiples exigencias de garantías, avales y cumplimiento de normas laborales, sanitarias, fiscales, mercantiles, etc. Obligando a competir a las minoristas (que cumplen las normas vigentes) con estos nuevos actores, que desarrollan su actividad sin cumplir buena parte de lo que se exige a los demás, disfrutando por tanto de unos menores costes ...y haciendo dumping.
CEAV denuncia que, según el texto actual, aquellas ventas cruzadas en las que no se intercambie dicha información, están fuera del ámbito de aplicación de la nueva Directiva de Viajes Combinados, lo cual "es especialmente preocupante, si tenemos presente que el principal motivo que llevó a iniciar el proceso de revisión fue precisamente dar cabida en ella a los nuevos canales de venta y hábitos de los consumidores, que tanto han evolucionado desde los años '90".
Bruselas antepone así su apoyo al desarrollo de la Red (o, más bien, el miedo de sus políticos al desgaste que supondría legislar contra los intereses de Internet), a los derechos de los consumidores, que estarán desprotegidos si contratan online sin las garantías (que se exigen offline), en un despropósito que el Sector rechaza. Entre los principales beneficiados de la Directiva están compañías aéreas, hoteles y demás proveedores turísticos, que podrán seguir distribuyendo servicios adicionales sin someterse a las obligaciones de la Directiva.
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