Ha organizado una original experiencia arqueológica y paleo-culinaria
Bajo el epígrafe “El menú de Siega Verde”, esta iniciativa única persigue poner en valor y divulgar el yacimiento arqueológico homónimo, situado a apenas 15 minutos del Parador. Un magnífico paisaje en el que, sobre las rocas de pizarra, ubicadas junto al río Águeda, se abre una de las mayores galerías de arte rupestre al aire libre de toda Europa: el Conjunto de Arte Paleolítico de Siega Verde, declarado Patrimonio Mundial en 2010. Un paraje que, al igual que enclaves como Lascaux, Altamira, Tito Bustillo o el Vale do Côa, acogió en el Paleolítico Superior a homos sapiens que dejaron inmortalizadas para siempre sus huellas en forma de animales y signos abstractos.
A partir de los datos científicos obtenidos en los últimos años en las excavaciones, el menú, en sus ingredientes esenciales, se ajusta perfectamente, con las lógicas adaptaciones a los paladares contemporáneos, a lo que pudieron comer los cazadores-recolectores que moraron en Siega Verde en aquel fascinante periodo en el que dominaban el fuego.
Para abrir boca, trucha de río al humo con romero y champiñón natural laminado aderezado con escamas de sal y tomillo. A continuación, se servirán berros con codorniz cocinada macerada con hierbas y acompañada con frutos rojos. Como plato principal llegará a la mesa un lomo ciervo asado con aromáticas, castañas, crema de manzana y menta. Y como postre, una divertida propuesta a base de nueces caramelizadas con miel y una tisana de hierbas, ya que en aquella época era habitual la preparación de infusiones en bolsas de cuero rellenas de agua y cantos rodados calentados al fuego.