La secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, lanza un mensaje tranquilizador ante la incertidumbre que genera en la industria turística española la posibilidad de que finalmente haya un Brexit sin acuerdo.
Tras la finalización de la reunión de la Comisión Sectorial de Turismo, en la que ha participado la Administración central y las Comunidades autónomas, ha asegurado que
el país "está preparado para afrontar una salida abrupta" de Reino Unido de la Unión Europea.
Ya se han celebrado 60 jornadas informativas
Según detalla, el Real Decreto Ley que se aprobó para minimizar el impacto del Brexit "está totalmente preparado y contrastado con las empresas". Además, revela que ya se han celebrado 60 jornadas informativas, más otras 39 que están previstas, en las que expertos de la Administración intentan resolver las dudas que puedan surgir en relación al divorcio de Reino Unido y la Unión Europea.
Preocupación de los empresarios turísticos
La tranquilidad que intenta transmitir Oliver
contrasta con la incertidumbre existente en el Sector. Por ejemplo, la Mesa del Turismo, una de las organizaciones más representativas del Turismo español, advirtió recientemente que
la preocupación "va en aumento ante la amenaza cada vez más probable de un Brexit sin acuerdo". Además, criticó la forma de actuar del Gobierno central, al que pidió que informe sobre las medidas que tomaría en el caso de que se dé el supuesto de una salida abrupta de Reino Unido del bloque comunitario.
Como publicó NEXOTUR, la salida de Reino Unido de la Unión Europea
podría tener consecuencias dramáticas para el destino España.
Según un estudio de CaixaBank Research, en el peor de los casos, es decir, si Reino Unido y la Unión Europea no alcanzan un acuerdo y el comercio entre ambos pasa a regirse por las normas establecidas por la Organización Mundial del Comercio (con aranceles y barreras no arancelarias al comercio, y con controles fronterizos), los flujos turísticos podrían retroceder entre un 13,8% y un 22,7% en el acumulado hasta 2023. Teniendo en cuenta que en 2018 España recibió 18,5 millones de viajeros procedentes de este mercado, una caída de tal magnitud supondría la pérdida de entre 2,6 y 4,2 millones de turistas.