El jardín se suma al conjunto de atractivos del proyecto, que lo convierten en un hotel único en pleno corazón de la capital de España (habitaciones temáticas y a la carta, cuevas del Sandó, piscina en el cielo, baños desmontables, etc.).
En línea con la filosofía de los impulsores del hotel, de aportar diferenciación y valores añadidos a los clientes, se buscó la fórmula de decorar el patio interior del hotel de forma original. Después de valorar distintas opciones, se apostó por un jardín colgante real, con arbustos, árboles, flores, etc. Un proyecto que responde además a un propósito de arquitectura verde, que consigue absorber 25.000 Kg de CO2 al año.
"A nuestro jardín no lo llamamos vertical sino colgante, ya que se han utilizado el mismo tipo de plantas, soportes, sistemas de riego y abonado que en un jardín normal, pero poniendo la naturaleza en vertical. Así, hemos aprovechado las enormes posibilidades de poder hacer crecer flores junto a las copas de los árboles, jugando en una dimensión que ningún jardín horizontal permite", ha explicado el consejero delegado del Hotel Mercure Madrid Santo Domingo y promotor del proyecto, Antonio Núñez Tirado.
Dado el elevado número de especies vegetales existentes, el jardín favorece la biodiversidad y pretende fomentar la nidificación de algunas aves pequeñas. El gran volumen y las características del follaje lo convierten en un arma perfecta para la absorción del ruido, teniendo en cuenta que la mayoría de especies son de hoja perenne, de forma que el jardín actúa como aislamiento térmico y acústico.










