Durante el pasado año, la actividad del Sector Turístico generó, a nivel internacional, unos ingresos de 735.000 millones de dólares a los destinos internacionales, datos en los que no se incluye el Turismo interior —a pesar de la ausencia de cifras globales, se estima este dato podría ser cinco veces mayor—, según los informes de la Organización Mundial del Turismo. En cuanto a España, como segundo destino receptor mundial, los visitantes —no residentes— "han realizado un gasto turístico de 52.230 millones de euros en el pasado 2006", según declaraciones a NEXOTUR del recién reelegido presidente de los miembros afiliados de la OMT, Carlos Vogeler. Asimismo, las previsiones de crecimiento resultan positivas, en cuanto que "durante los diez primeros meses de 2007 ya se ha contabilizado un crecimiento del 3,4%" respecto al año anterior, destaca Vogeler.
Para que el Turismo continúe siendo el ‘motor’ de la economía mundial debe, por un lado, "adaptar los productos a las necesidades reales de los consumidores", y por el otro, "saber gestionar el crecimiento proyectado de forma coherente y manteniendo los principios básicos de sostenibilidad (medioambiental, económico, social y climático)", a juicio del recién elegido presidente de los miembros afiliados de la OMT. En este escenario, las nuevas tecnologías "deben ser acogidas sin recelos". Mientras que el riesgo a la masificación excesiva, la obsolescencia de la oferta y la falta de sostenibilidad en el desarrollo son, por otro lado, "los factores de debilidad a los que el Sector debe enfrentarse de forma permanente", añade Vogeler.
Búsqueda de nuevos productos para mejorar la oferta española
En el caso español, la búsqueda de nuevos productos y mercados, así como un mayor poder adquisitivo, son parte del proceso de desarrollo que podrían convertir a España en el primer destino receptor a nivel internacional. Vogeler señala que, en la actualidad, "España es un país con gran madurez turística y una acusada estacionalidad, lo que puede acarrear en ocasiones una determinada debilidad".
Desde el punto de vista de la distribución, "las agencias de viajes han desempeñado siempre un papel fundamental en el tejido turístico". Pero para que siga siendo así, Vogeler incide en la idea de que "las agencias necesitan atravesar por un proceso de reconversión y de adaptación a las nuevas tecnologías y formas de distribución". Es aquí donde la aportación de un ‘valor añadido’ se convierte en la clave.









