Aunque las tasas de ocupación sí que han mostrado un descenso del 2% durante los primeros meses del año, los hoteles de lujo siguen mostrando fortaleza, como se desprende del análisis de la consultora. Pese al alza en los precios, el índice de satisfacción de los consumidores se muestra al alza con un aumento del 2% apoyado en una "fuerte sensación de valor añadido", según detalla el sondeo. Este crecimiento "también ayuda", añade la consultora, a relajar la tensión que la coyuntura económica ejerce sobre el empleo y los servicios de los establecimientos.
Una de las interrogantes que planea sobre este comportamiento positivo de los precios es porqué los clientes siguen apostando por este segmento, frente a las caídas que se vienen produciendo en los de menor categoría. La comparativa entre los ejercicios 2006 y 2007 pone de manifiesto que la mayoría de los huéspedes se han vuelto "menos tolerables" a las variaciones de precios durante los primeros meses de este año. Por contra, los clientes de mayor poder adquisitivo "han asumido" un alza en los precios del 6% en 2007 manteniendo los niveles de ocupación en torno al 71%, así como un crecimiento en las tarifas del 4% durante el primer trimestre de este año.
Parte de esta fortaleza se explicaría, por un lado, por el menor volumen de su oferta. Mientras el número de este tipo de hoteles crece lentamente (aunque están experimentando una proyección notable como ya se publicó en este Diario), el número de clientes con alto poder adquisitivo "ha crecido drásticamente" en los últimos años según el análisis, mientras los de poder medio se han estancado, al tiempo que pierden capacidad monetaria, producto de la desaceleración y el elevado endeudamiento.
Los clientes adinerados ‘desean’ pagar más
Otra de las razones del estudio tiene que ver con el patrón de comportamiento de los clientes con mayores posibilidades financieras. Para el huésped-tipo en los hoteles de lujo el precio no es un factor determinante a la hora de la compra, al tiempo que las fluctuaciones económicas han causado menos mella en su situación. A su vez, en el caso de Estados Unidos, los clientes internacionales aprovechan la debilidad del dólar para mirar a este país como destino prioritario de vacaciones y, por ende, a optar por establecimientos de mayor lujo.
Sin embargo, la "menor sensibilidad" por el precio no es la única razón por el alza de precios en este segmento. Además, como explica el análisis, no puede mantenerse por sí mismo, en un largo periodo de tiempo. Los clientes están dispuestos a pagar más, si, pero el precio "debe ir acompañado de un valor añadido real", ofreciendo a los clientes servicios complementarios y, sobre todo, mantener los programas de fidelización como uno de los principales elementos diferenciadores frente a los competidores.









