Las empresas, "conscientes del papel activo que desempeñan en la consecución de un desarrollo sostenible" —el que garantiza la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer los recursos del futuro— y de la influencia que han tenido "en la degradación del medio ambiente", "no han tenido más remedio", según un informe de la Universidad de Huelva, que empezar a asumir "su responsabilidad medioambiental" que se materializa en la denominada gestión medioambiental.
En este sentido y en el ámbito concreto de las cadenas hoteleras, se podría definir la gestión medioambiental como un conjunto de acciones que se llevan a cabo para "mejorar el balance de la relación de la empresa con el medio ambiente y contribuir a alcanzar el desarrollo sostenible sin que esto excluya el cumplimiento de su objetivo económico-funcional".
Por lo tanto, la gestión medioambiental incluye, tal y como señala el estudio, analizar "el impacto que genera la actividad hotelera en el entorno natural" y las alternativas disponibles para reducirlo o eliminarlo. Además, hay que tener en cuenta que los hoteles "no se caracterizan por causar una gran contaminación ambiental, liberar sustancias tóxicas o consumir una gran cantidad de residuos" pero, si se considera de forma conjunta el impacto de estas actividades individuales, el Sector "pasa a un primer plano en la preocupación ambiental general".
Así, entre las principales repercusiones de la actividad hotelera en el entorno natural, el informe de la Universidad de Huelva destaca "las emisiones atmosféricas de contaminantes, los vertidos, los residuos generados y el consumo de recursos y materias primas".
Las principales fuentes de emisiones derivadas de las explotaciones hoteleras son "fundamentalmente" los equipos de climatización, ventilación y refrigeración mientras que los residuos que se generan suelen ser "mayoritariamente" residuos sólidos urbanos por las características intrínsecas del Sector .
Otra cuestión relacionada con los hoteles que afecta al medio ambiente es, según el informe, el "consumo desproporcionado de agua" en algunas zonas geográficas y en determinadas épocas del año, lo que conlleva "la disminución de los recursos hídricos disponibles" poniendo así en peligro la disponibilidad de agua para las necesidades locales. Además, en aquellos establecimientos que reciben "aglomeraciones puntuales en fechas concretas" las aguas residuales generadas por su actividad se convierten en un problema "de considerable magnitud".
Iniciativas medioambientales
Para reducir el impacto de estas prácticas en el medio ambiente, los hoteles disponen de diferentes herramientas que implican "total o parcialmente" a la empresa, siguiendo diferentes tipos de referencia medioambiental según el grado de implicación en la conservación y protección del entorno natural.
Por último, el estudio señala que cuando un hotel decide actuar para reducir su impacto medioambiental puede elegir "modificaciones técnicas de los procesos" y/o "cambios en la organización de los procesos y las actividades" a través de la implantación de buenas prácticas medioambientales o de un Sistema de Gestión Medioambiental (SGM).
Este término se definiría como el marco que sigue una organización para "alcanzar y mantener un determinado comportamiento medioambiental" acorde con las metas que se hubiera fijado como respuesta a las normas, riesgos ambientales y presiones sociales, financieras, económicas y competitivas, a las que tiene que enfrentarse.









