Desde la AEHC se ha insistido en que "la permisividad de las diferentes instituciones con el botellón está agravando la situación de un sub-sector, el de la noche, que se ha visto especialmente afectado por la crisis". "Los establecimientos de noche son un factor de atracción turística", se ha subrayado desde la Asociación, y son "necesarios" para el desarrollo económico de la ciudad.
"Con el botellón perdemos todos", se ha concluido desde la Asociación de Hostelería, debido a que "genera pérdidas económicas en los negocios" e incide en la "pérdida de puestos de trabajo en el sector". A todo esto hay que añadir el hecho de que traslada una imagen "nefasta" de la ciudad de Santander y de sus lugares de ocio a nivel turístico.









