Una de las funciones llevadas a cabo ha sido la de explicar a los asistentes como integrar la gestión de riesgos y las buenas prácticas en la organización de un evento, así como la infinidad y variedad de problemas que pueden afectar a un evento, la responsabilidad que ha de tener un organizador y las soluciones de prevención y protección que hay que tener en caso de riesgo.
Lluch ha asegurado que "si analizamos nuestras acciones de negocio nos daremos cuenta de que a menudo lo que hacemos es simplemente estar demasiado confiados en las cosas". En su intervención, ha dado a conocer a los asistentes la amplia tipología de posibles riesgos que pueden afectar a un evento, como pueden ser logísticos, técnicos, personales, de responsabilidades, de derechos, ambientales, etc. Con respecto a estos últimos, el ponente ha matizado que si bien los riesgos ambientales a veces no se pueden controlar, sí se pueden prever y disponer de un plan de contigencia. Lluch ha aconsejado eliminar los riesgos, y si resulta imposible "minimizarlos, y si tampoco es factible, hay que pensar en tener un seguro por el si el riesgo se materializa".
Normativa estatal y autonómica
Por otra parte, el experto Mutra ha comentado que la normativa estatal y autonómica es "contundente y determinante", además de la existencia de las ordenanzas municipales y de la obligación, por parte de cada uno de los lugares donde se celebra un evento, de elaborar y disponer de un plan de prevención y protección. Los eventos de más de 2.000 personas o que se celebran en espacios a más de 28 metros de altura son considerados de alto riesgo, según ha afirmado Mutra, con lo que hay que elaborar un plan especial. El profesional ha afirmado que "el pánico se produce cuando la gente pierde la sensación de seguridad, por ejemplo si se va la luz o cuando hay exceso de gente".









