La industria de la fabricación de carrocerías para autobuses y autocares ha sido una de las más profesionales en todo el continente. De hecho, esta elevada capacidad de trabajo y calidad de producto ha permitido que, a diferencia de la práctica totalidad de países de nuestro entorno, el cliente nacional se siga decantando por la fórmula del chasis+carrocería, por delante de los vehículos integrales. Es cierto que la distancia se va acortando y eso, junto a la crisis general, ha provocado que el sector carrocero atraviese una de sus peores situaciones en años. Pero siguen existiendo los que mantienen la fe, y entidades que han estado muy cerca de la desaparición, como el último caso de Noge, han encontrado comprador para seguir luchando.

