José María López lleva toda su vida laboral en el Palacio de Congresos de Madrid. Entró en marzo de 1968, cuando sólo existía el edificio de exposiciones (1970 inauguración oficial del palacio), para llevar el mantenimiento. Hoy, 40 años después, sigue al frente del mantenimiento, aunque, reconoce, que es mucho más difícil ahora.
En este sentido, afirma que cuando el palacio era nuevo el mantenimiento era muy fácil, "pero el edificio se va deteriorando y llega un momento en que es un enfermo, que está muy pachucho y que cuesta mucho sacar adelante". López comenta que muchos de los empleados contratados para el mantenimiento (carpinteros, albañiles, pintores…) se han ido jubilando y sus puestos no se han cubierto. Por lo tanto, "hay médico, pero no hay enfermeros ni medicinas".
Ante esta situación, López se ve obligado a llamar a empresas externas que, por su propio trabajo, no pueden acudir en el periodo de tiempo que requiere un palacio de congresos, con la urgencia que supone el que un evento se esté realizando y que tenga un problema y no se pueda solucionar en el momento.
Por otro lado, hablando del incendio que padeció una parte del palacio de congresos en 1995, López asevera que para él "es una vergüenza" que hayan pasado 13 años y ese espacio no se haya rehabilitado y, además, teniendo en cuenta que "un palacio de congresos da mucho dinero a la ciudad y es un turismo de un gran prestigio". Asimismo, añade que como consecuencia de este incendio y la falta de espacio muchos eventos de gran tamaño han tenido que elegir otras sedes para su celebración.
Más de 40 años de mantenimiento
Los más de 40 años que José María López lleva en el Palacio de Congresos de Madrid han significado que "el palacio ha sido mi casa", incluso "con las personas que he trabajado, hemos sido como una familia". Además, en todos estos años, comenta López, ha visto desde que le pedían pizarras de tizas para explicar las ponencias, pasando por las diapositivas y las filminas, hasta que "la informática se ha hecho dueña de todo".
Ahora, el próximo 7 de septiembre, José María López se jubila y le toca, como él dice, empezar otra etapa en la que tendrán protagonismo las exposiciones sobre arqueología, la pintura y sus tres nietas.








