El presidente del Gobierno ha tomado la decisión de citar a los principales grupos empresariales españoles, ignorando inicialmente a grandes empresas turísticas (con la excepción de Iberia y Sol Meliá) y, lo que es más preocupante, a las Organizaciones empresariales. Así, mientras reconoce al lobby de fabricantes de automóviles, el presidente Zapatero se permite ignorar a la CEOE y a CEPYME. Resulta cuanto menos sorprendente que un Gobierno socialdemócrata descarte como interlocutores a las pequeñas y medianas empresas, además de a la Organización que representa al Empresariado, al tiempo que da carta de naturaleza a las grandes y a sus lobbies.

