La tendencia dentro del sector hotelero español en los próximos años vendrá marcada por la expansión de las grandes marcas internacionales. El actual entorno económico ha motivado que muchas cadenas hoteleras se hayan visto incapaces de hacer frente a su deuda, por lo que han tenido que acudir a la refinanciación. Los bancos y cajas involucrados en estos procesos han optado, en su mayoría, por fomentar esta solución frente a la liquidación de activos, que resultan un tanto complejos por su especialización y los recursos que se necesitan para su gestión.
Aunque la ocupación nacional ha repuntado durante 2010 y los precios se han mantenido estables respecto a 2009, la recuperación se prevé larga. En España hay más de 200 cadenas hoteleras (que gestionan un mínimo de 5 establecimientos) y la sobreoferta esta conduciendo al mercado a una inevitable concentración o a la creación de joint ventures. De hecho, grandes cadenas internacionales están entrando ahora en España después de que hayan caído muchas de las tradicionales barreras de entrada. Así lo afirma Jorge Ruiz, director nacional de Hoteles de CB Richard Ellis: “La fuerte irrupción de estas grandes enseñas, como Marriot y Windham, está atrayendo el interés de fondos institucionales europeos y norteamericanos, que vuelven a mirar el mercado hotelero español con interés”.
Activos prime
Los inversores están encontrando la posibilidad de comprar a precios hasta un 30% y 40% inferiores a los que se registraban en 2008. Sin embargo, este colectivo está principalmente interesado en activos prime o bien situados, es decir, activos que generen seguridad, pero cuya oferta actualmente es escasa. Por este motivo, este tipo de activos se están vendiendo con cierta rapidez y a unos precios razonables.
“Sin embargo, explica el director de Hoteles de CBRE, dentro de uno o dos años, cuando venzan los plazos de refinanciación, las cadenas se verán obligadas a sacar al mercado sus inmuebles más estratégicos en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia para hacer frente a sus compromisos de deuda”.
Las entidades financieras se verán forzadas a incorporar estos activos en sus balances, debido a la imposibilidad de seguir refinanciando a estos grupos, por lo que, previsiblemente, los sacarán al mercado, aumentando la oferta disponible.









