Según su informe, la transacción propuesta amenazaría la competencia "de manera significativa". De este modo, ha instado a las autoridades británicas a investigar con detenimiento los efectos de la operación en su mercado y en segmentos determinados del mismo. El Ejecutivo comunitario ha tomado esta decisión tras comprobar que los efectos negativos para la competencia derivados de la operación se limitarían al Reino Unido.










