La Directiva Bolkestein, que entró en vigor el pasado 29 de diciembre, incluye disposiciones como la simplificación de procedimientos y trámites para el ejercicio de la actividad o la desaparición del título-licencia de agencias de viajes para comercializar productos turísticos. Aunque su trasposición, que todavía no se ha hecho efectiva en algunas Comunidades autónomas, está permitiendo la entrada de nuevos actores en la comercialización de productos turísticos, también podría conceder nuevas oportunidades a las agencias de viajes.
Con el objetivo de liberalizar el sector servicios, esta normativa de carácter europeo introduce la posibilidad de que las agencias puedan ofrecer a sus clientes nuevos productos, además de los propios viajes. Sin embargo, parece que la mayoría de agencias del país "aún no lo están aprovechando". Según el presidente de FEAAV, Rafael Gallego, "los agentes están muy entregados a la venta de viajes, por lo que va a costar mucho cambiar esta mentalidad". Asimismo, Gallego considera que "dado el grado de profesionalización de los agentes puede que no sea muy positivo comercializar otros productos, a no ser que estén relacionados con el propio viaje".
Un cambio que no va a resultar sencillo
En los mismos términos se expresa el presidente de AEDAVE, José Manuel Maciñeiras, que destaca que "los agentes de viajes son expertos en muchas materias, por lo que cuentan con una amplia formación". Por este motivo, Maciñeiras considera que "no les va a resultar fácil dar este giro comercial y comenzar a vender otros productos".
No obstante, el presidente de la Asociación espera que "poco a poco se vaya produciendo este cambio de planteamiento" y que "con el paso del tiempo exista un número creciente de empresas que irá diversificando su oferta". En definitiva, Maciñeiras, que considera que aún "es pronto para saber si va a funcionar", apunta que "será un proceso lento, aunque a la larga podrá ser beneficioso para los consumidores y para las propias agencias de viajes".











