Las 10 razones que exponen los responsables de la Oficina de Turismo de Escocia para la captación de viajes de incentivoo son:
Accesibilidad y dimensiones asequibles. En los negocios, el tiempo es oro. Cada minuto cuenta y de su correcta gestión depende, en gran parte, que un programa de incentivos sea todo un éxito. Tanto la proximidad de Escocia con respecto a España como sus asequibles dimensiones, son perfectas para el Turismo MICE. En sus ciudades todo queda al alcance de la mano, permitiendo disfrutar de muy diversas actividades y de variados paisajes en un corto lapso de tiempo.
Ciudades vibrantes. Aunque la indudable belleza de Edimburgo y el estilo inherente a Glasgow suelen concentrar todas las atenciones, Escocia posee muchas otras urbes que, además de ser hermosas, muestran un perfil muy interesante para el viajero de negocios. Aberdeen como capital europea de la energía, Dundee como ciudad de ciencia y descubrimientos, Inverness como punto de partida para explorar las Highlands, o Stirling, la antigua capital del país, son solo algunos ejemplos.
Paisajes espectaculares. Si aún queda en Europa un entorno natural que siga conservando toda su belleza original, las Highlands son, sin lugar a dudas, ese destino. La belleza agreste de las montañas, el silencio de las grandes extensiones de brezo, las vistas que dejan sin habla, el excentricismo de la costa con sus fascinantes bahías, sus tranquilos pueblecitos pesqueros y el encanto exótico de las islas al fondo, garantizan el éxito.
Hospitalidad. Escocia es famosa, y con razón, por sus increíbles paisajes pero son sus gentes las que añaden ese ingrediente especial y necesario para enamorarse de un destino. Los escoceses son acogedores, hacen gala de un espectacular buen humor y tienen una cultura fabulosa, así como un insaciable apetito por la vida.
Tradición. Las tradiciones escocesas pueden jugar un papel importante en un viaje de incentivos. Se pueden programar infinidad de actividades relacionadas con el whisky, participar en los juegos de las Tierras Altas, celebrar una cena de Burns en honor al famoso poeta nacional, amenizar la velada con música de gaitas…
Diversidad de ubicaciones. Escocia ofrece una enorme selección de lugares exclusivos para todo tipo de eventos, desde una recepción con champán en el yate de la reina hasta una cena de gala en el restaurante más alto de Gran Bretaña. Multitud de castillos y residencias reales, entre otros enclaves, están disponibles para cualquier tipo de evento.
Actividades. Los fascinantes paisajes escoceses ponen el escenario ideal para todo tipo de actividades al aire libre: tiro al plato, tiro con arco, cetrería y adiestramiento de perros de caza, rafting, kayak, safaris, paseos a caballo, en bicicleta de montaña, quad o todoterreno, pesca, rappel, escalada o un circuito de tirolinas, son solo algunos ejemplos.
Golf. De entre todas las actividades, una destaca por encima del resto. Y es que a Escocia no se le conoce como la ‘Cuna del Golf’ por cualquier cosa. Se trata del país que trajo al mundo a este prestigioso juego hace 600 años y se cree que no existe lugar mejor en el mundo para practicarlo que en uno de los 550 campos de golf que encontramos en sus dominios. ¡Ya se sabe que se hacen tantos negocios en el campo de golf como en la sala de juntas!
Destino sostenible. Durante más que una década, Escocia ha marcado el camino a seguir con el Plan de Turismo Verde, un programa líder a nivel mundial para la calificación de productos verdes y que fomenta que el negocio del turismo sea más ecológico. Más de 700 proveedores de alojamiento, atracciones turísticas y turoperadores forman parte del plan.
Relación calidad-precio. Y por si todo esto fuera poco, Escocia goza de una excelente relación calidad-precio, comparada con otros destinos del norte de Europa.
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