Podrán solicitar dicha declaración aquellas instalaciones que aportan valor añadido a la oferta andaluza y puedan albergar usos urbanísticos. Entre otros requisitos, los campos de golf deberán tener una superficie de al menos 70 hectáreas, con 18 hoyos y una longitud de recorrido de 6.000 metros, así como incorporar medidas adicionales de sostenibilidad ambiental y acreditar distintas certificaciones de calidad.
Tras conocer el decreto, los empresarios andaluces han señalado que los cambios introducidos permitirán abrir la puerta a nuevos proyectos y dar un impulso a este segmento. El presidente de la Mesa de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, considera que esta medida "era muy esperada y confiamos en que resuelva los problemas que había para presentar los campos de golf de interés turístico". En los mismos términos se ha pronunciado el presidente de Promotur, Ramón Dávila, quien afirma que "la reforma es muy acertada".
Andalucía es la primera Comunidad en números de campos de golf, con un centenar de instalaciones que suponen el 25% de la oferta existente en España. Esta actividad genera unos ingresos anuales de en torno a 500 millones de euros y atrae unos 360.000 turistas, procedentes en su mayoría de Reino Unido y Alemania.
Según la Junta de Andalucía, el golf constituye uno de los principales elementos de promoción turística andaluza en los mercados internacionales. Además, es un segmento que presenta niveles de estacionalidad muy bajos y una demanda de alojamiento fundamentalmente de hoteles de cuatro y cinco estrellas.









