Según la consultora, el 80% de los compradores son nacionales que buscan fincas emplazadas «en cualquier punto de la geografía española». En su lugar, los inversores internacionales se centran más «en zonas prime de Madrid y Barcelona, y en zonas de costa o preferentemente turísticas».
Según Lançois Doval, este tipo de fincas emblemáticas, fáciles de explotar a través de actividades turísticas, atraen nuevas iniciativas de negocio. Los precios de este tipo de propiedades «se han ajustado entre un 20% y un 45%, pues se trata de activos que no han transformado su coste con la misma fuerza que el resto del ladrillo».
Bienes patrimoniales potentes
«Ahora son muchos los inversores particulares o fondos de inversión que valoran adquirir inmuebles con un valor patrimonial notable, tales como conventos y monasterios abandonados, para explotarlos como hoteles o complejos turísticos», dijo la consultora.
En este sentido, el fundador de Lançois Doval, Robert Menetray Doval, declaró: «cada vez es más importante para grupos hoteleros o de inversión inmobiliaria la localización de ubicaciones únicas donde desarrollar nuevas iniciativas de negocio». Y pone un ejemplo: la consultora participó en la venta de dos últimas propiedades adquiridas por parte de un inversor nacional. «Una estando una de ellas valorada en 3.800.000 de euros», dijo.









