Se trata de una medida, a juicio de la Asociación madrileña, que convertiría a los hoteleros en recaudadores de impuestos, labor ésta que no están dispuestos en ningún caso a realizar ya que de implantarse, su recaudación debería corresponder en todo caso a los funcionarios de la Comunidad en los puntos de entrada a la misma como aeropuertos o autopistas.
En Cataluña la tasa turística gravará la estancia en todo tipo de alojamientos hoteleros variando desde los 3 euros por persona y noche en los cinco estrellas, los 2 euros en los cuatro estrellas y, 1 euro en el resto de los establecimientos, tanto en los hoteles urbanos como en los vacacionales.
Los hoteleros madrileños consideran que ante la obligación existente de publicitar los precios globalizados, las tasas turísticas, además de encarecer el destino en el que se imponen discriminándolo respecto a las que no la tienen, se sufragan finalmente por las empresas hoteleras y no por el cliente al que van destinadas.
Solidaridad con la Hotelería catalana
Los hoteles de Madrid se muestran "totalmente solidarios" con la oposición de los hoteleros catalanes, entendiendo que este tipo de medidas, si finalmente se llevan a efecto, se deben dedicar de forma exclusiva a la promoción y comercialización turística del destino por medio de sociedades mixtas con control específico y directo de
los propios empresarios.









