Los eurodiputados han aceptado las garantías de privacidad adicionales para los viajeros negociadas por la Unión Europea (UE) y han desestimado la propuesta de la ponente, la liberal holandesa Sophie in’T Veld, que proponía vetar el acuerdo con Estados Unidos. La información que se transferirá al Departamento de Seguridad Interior norteamericano incluye datos como el nombre, la dirección, el número de teléfono, los detalles de la tarjeta de crédito o información sobre el equipaje. También puede incluir cuestiones sensibles como la elección del menú debida a motivos religiosos o cualquier petición de asistencia por cuestiones de salud.
La Eurocámara había criticado por excesivo el plazo durante el que las autoridades estadounidenses podían almacenar los datos. Por ello, el nuevo acuerdo prevé que la información sea almacenada en una base activa durante cinco años, pero después de los seis primeros meses los datos se harán anónimos, es decir, se borrará su vínculo directo con el nombre del pasajero.
Tras los cinco primeros años, la información se trasladará a una base de datos durmiente hasta 10 años, con requisitos de acceso más estrictos para los funcionarios estadounidenses. La Unión Europea y Estados Unidos cuentan con un acuerdo sobre transferencia de datos de pasajeros desde los atentados del 11-S de 2001 en Nueva York y Washington. El último, provisional, se firmó en 2007.










