El motivo de la quiebra es que la aerolínea no ha podido hacer frente a los costes de reestructuración debido a la situación económica en la que se encuentra Islandia. Asimismo, desde Sterling aseguran que durante los últimos tres años la compañía aérea ha sido sometida a numerosos cambios, como su adquisición por parte de nuevos accionistas o su fusión con Maersk Air, que costó el puesto a 1.200 trabajadores.
Pese a que el grupo danés experimentó una cierta recuperación a lo largo de la temporada 2006-2007, la recesión financiera que comenzó el pasado otoño provocó un estancamiento en el mercado y la demanda, agravado por la incesante escalada de los precios del petróleo. La aerolínea anunció el pasado verano un paquete de medidas, entre las que se incluía la reducción de empleos y de flota, previendo que diese sus frutos en 2009.
Desde la aerolínea han avisado que no podrán financiar los vuelos de los viajeros afectados por su quiebra con otras compañías. De este modo, Sterling aconseja a los pasajeros que hayan adquirido los billetes con tarjeta de crédito que intenten conseguir que la entidad financiera correspondiente les devuelva el dinero.










