El primer profesional que intervino en la mesa ‘Calidad y normalización en el Sector de Reuniones’ fue el director general del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), Fernando Fraile, que habló sobre la ‘Q’ de Calidad que otorga su institución como certificado de garantía para las empresas.
Fraile señaló que las normas de calidad "sirven como una herramienta de gestión" para las empresas, "donde todo el mundo sabe lo que tiene que hacer". Además, es una autorregulación de la propia empresa, ya que "la normalización es voluntaria" y poseer un certificado supone "un elemento diferenciador".
Por su parte, el presidente de OPC Madrid, Carlos de Sebastián, habló sobre una directiva de la Unión Europea sobre Servicios del Mercado Exterior, donde se indica la libertad de acceso y de servicios. Esto, según Sebastián, supone un paso diferente a lo que hasta ahora habían pedido los OPC, que era la regulación de su profesión.
Consecuencias de la norma
Todo ello "lleva a que las empresas tengan una calidad sublime como elemento diferenciador". La calidad y su normalización, sirve "para mejorar los sistemas de trabajo, mejora la gestión empresarial, se elimina la práctica del bajo precio, estimula el afán de superación personal, homogeneiza el trabajo del equipo, ayuda a la consecución de objetivos…", añadió el presidente de OPC Madrid.
Por ejemplo, en su empresa, Tilesa OPC, que ya tienen integrado un sistema de calidad, ya están trabajando en la implantación de la norma 14.001 de Medio Ambiente. Según Sebastián, "la calidad vende y fideliza.
Por último, el vicepresidente de la Mesa del Turismo, Julio Abreu, comentó que el beneficio "de implantar una norma hace que las personas de la empresa trabajen de la misma forma, ya que el método de trabajo se ha analizado y se refrendado en esa norma". "La calidad es el camino", señaló Abreu, poniendo como ejemplo que hay empresas que están obligadas a trabajar con otras que estén certificadas en calidad o en medio ambiente.










