Antes de su caída, el gobierno presidido por Romano Prodi tenía como objetivo la privatización de la aerolínea para acabar así con sus, cada vez más acuciantes, problemas financieros. Además, según aseguran fuentes de la compañía, Alitalia solamente dispone de liquidez para permanecer a flote durante cuatro o cinco meses, por lo que la negociación con Air France-KLM es totalmente necesaria para su subsistencia. A pesar de esta señal de alarma, que ha sido divulgada por los medios de comunicación italianos, fuentes del grupo franco-belga han desmentido los rumores de ruptura de las negociaciones, asegurando que "continúan trabajando con serenidad sobre el dossier de Alitalia".
Por su parte, el ex ministro de Transportes, Alessandro Bianchi, anunció antes de la caída del gobierno de Romano Prodi que la crisis del gobierno no afectaría a la venta de Alitalia, ya que "la aerolínea es la encargada de realizar y cerrar la negociación". Además, siguiendo este mensaje tranquilizador, el presidente de la asociación de pilotos Anpac, Fabio Berti, aseguró la semana pasada que las negociaciones entre ambas entidades finalizarían "exitosamente antes de que termine febrero".










