"Sabemos que en estos momentos de retraimiento de la demanda, muchos hoteles atraviesan dificultades, y les iría muy bien contar con el paraguas de un gran grupo como Globalia", explica Javier Blanco, director general de BeLive Hotels. La cadena busca un perfil concreto para ampliar su cartera: Hoteles independientes situados en la costa, Canarias o Baleares, de cuatro estrellas o más, y de unas 200 habitaciones. El objetivo de la compañía es lograr al menos una veintena de afiliaciones de aquí a fin de año.
Bajo este ‘paraguas’, los hoteles tendrán a su disposición no sólo la imagen de marca, el marketing, la comercialización o el mantenimiento, sino también las "más modernas herramientas informáticas de gestión desarrolladas por nuestro grupo, capaces de interactuar en tiempo real a todos los niveles, desde las reservas hasta la relación con las compañías aseguradoras" añade Blanco.
El primero en acogerse a la nueva fórmula de la franquicia ha sido el hotel Mangalán, un establecimiento de 142 habitaciones excelentemente situado en plena Manga, entre el Mar Menor y el Mediterráneo, con restaurante, 1.500 metros cuadrados de spa, piscinas, instalaciones deportivas y una amplia oferta de ocio en los alrededores.
Para María José Segura, propietaria y directora del Hotel Mangalán, la opción de la marca de Globalia les ofrece, sobre todo, "seguridad". A su juicio, "Basta pensar que en Globalia se integran empresas como Travelplan o Halconviajes.com, capaces de movilizar millones de turistas cada temporada".
Respeto a la ‘personalidad’ del hotel
Uno de los compromisos de BeLive Hotels hacia sus franquiciados es el "respeto absoluto" al carácter de cada hotel y a la cultura de su entorno. "Esta no es una franquicia uniformadora –asegura Blanco- sino respetuosa con las peculiaridades del establecimiento. Lo que la marca BeLive ofrece es un valor añadido que sumar a los valores propios de cada hotel".










