El visto bueno de las autoridades de la Competencia de Estados Unidos a la fusión de United Airlines y Continental Airlines; y en la Unión Europea de British Airways e Iberia, sería sin duda un paso más hacia fusiones transcontinentales de las que surgirán grandes grupos aéreos a partir del desarrollo de los acuerdos estratégicos desarrolladas en el ámbito de las dos grandes alianzas aéreas, y obligados por la necesidad de reducir costes y aflorar sinergias. Desde las agencias se contempla con preocupación estos mastodónticos procesos de integración que, en la práctica, concentran cada vez en menos manos el transporte aéreo.


