El doble precepto que ha de cumplir la franquicia para considerarse tal —modelo de éxito y marca implantada—, no se cumple siempre en el Sector, que ha sido y es caldo de cultivo de aventuras en las cuales se ha vendido más humo que soporte para emprendedores.
Tampoco está suficientemente clara la frontera entre las minoristas franquiciadas y las agencias asociadas a grandes redes, en las que apoyaron su expansión tanto Halcón e Iberia como la desaparecida Marsans. En suma, todos los grandes grupos, excepto la agencia líder, Viajes El Corte Inglés, que mantiene su excepcional fórmula (de éxito) sectorial.
Buena parte del desarrollo de este modelo de negocio se ha debido a la apuesta de los grupos de integración vertical para poder crecer con rapidez en puntos de venta. Franquiciar agencias independientes en grandes redes ha permitido a estas últimas crecer sin asumir costes ni riesgos.
La llegada de Viajes Carrefour, con un modelo puro de franquicia, apoyado en una marca solvente y que pone en valor las sinergias del grupo de distribución en España, ha supuesto una auténtica convulsión, alcanzando casi medio centenar de puntos de venta, gracias a un plan de expansión tan sólido como ambicioso, que se nutre de agencias independientes (no de emprendedores sin experiencia), cuestionando a los Grupos comerciales.
En esta creciente pugna entre los franquiciadores y los Grupos comerciales, cuyos modelos de negocio han entrado a competir para captar puntos de venta, cabe enmarcar el falso anuncio de abandono de Airmet por parte de Viajes Almeida (en realidad el Grupo Airmet había expulsado a Almeida), así como los rumores difundidos por Almeida de un eventual acuerdo con Carrefour, desmentido por este último. ¿Está Almeida en expansión o en plena huida hacia adelante? Es algo difícil de saber ante las infladas cifras que presenta ante los medios, pese a que los ingresos anuales del franquiciador creado en 2004 y radicado en Málaga ascienden a solo 999.643 euros con 17 empleados, según datos facilitados por Axesor.
La falta de transparencia (cuando no cifras falseadas) y el exceso de marketing (hasta difundir pura propaganda disfrazada de información), ha generado una comprensible desconfianza hacia la franquicia en este Sector, que ha visto pasar a no pocos vendedores de humo.
La guerra no declarada entre determinadas franquicias y Grupos —con la crisis como telón de fondo— pone en duda la viabilidad de algunos de los actuales Grupos y franquiciadores. Es el signo de los tiempos.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.









