Durante los últimos años "los empresarios españoles han mostrado mayor interés en el desarrollo de proyectos hoteleros", sin embargo, según han señalado desde México, la tendencia actual marca "una fuerte orientación" a oportunidades en proyectos turísticos "de todo tipo y tamaño para diferentes mercados". Así, estas iniciativas requieren de la participación de inversionistas "que pueden ser españoles conjuntamente con empresarios mexicanos en alianzas estratégicas" o "de manera independiente" en alternativas como "parques temáticos, complejos residenciales, grandes centros y zonas comerciales o campos de golf de categoría mundial", entre otras.
En este sentido, se definen cinco segmentos de actividad-producto que son el ecoturismo, el turismo de sol y playa, de golf, religioso o cultural y para el desarrollo de los proyectos el Gobierno de México ha emprendido "acciones destinadas a generar un clima propicio para la inversión extranjera" como "una estructura económica desregulada, una economía de mercado y una apertura comercial".
En el marco jurídico, por su parte, las legislaciones se han "adecuado y flexibilizado" para "brindar confianza y certidumbre" a las inversiones procedentes de otros países, según han señalado desde el Gobierno del país. "Actualmente el inversionista español tiene la libertad de participar en el 100% del capital social de los proyectos turísticos o asociarse en co-inversión con empresarios mexicanos o de otros países", han añadido.
Por otro lado, la financiación de los proyectos se canaliza a través del sistema bancario mexicano que se divide en banca comercial y banca de desarrollo. En este caso, "la principal fuente de financiación de proyectos asociados con la inversión extranjera" es el banco de desarrollo y dentro de éste el Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT).
Incentivos fiscales
Los incentivos en materia fiscal que el país sudamericano ofrece a las inversiones de las empresas son "de carácter local" proporcionados por los gobiernos de los estados y municipios donde se localizan los diferentes proyectos turísticos y son de carácter complementario, es decir, el inversionista español "puede beneficiarse y disfrutar simultáneamente de cada uno de ellos".
Por último, hay que destacar que entre México y España existen tres acuerdos bilaterales que son el Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones de 1995, Acuerdo de Cooperación Turística de 1996 y Acuerdo de Cooperación Económica y Financiera de 1998 y un Convenio para evitar la doble imposición en materia de impuestos sobre la Renta y el Patrimonio que se firmó en el año 1994.










