No es de recibo que Madrid, una de las cinco capitales europeas más importantes, y de mayor crecimiento en número de turistas recibidos, con cifras récord en 2010, se encuentre con semejante desaguisado. Simplemente, esto no debiera suceder.
En primer término, resulta increíble que expire un periodo de 10 años y nadie se haya dado cuenta. Pese a que NEXOTUR ha intentado encontrar respuestas a lo ocurrido en los distintos departamentos implicados del Ayuntamiento, no ha sido posible. Se ignoran las razones por las que no se ha convocado el concurso. Porque, una vez vencido, parece que han hecho falta pocos días para que el nuevo pliego se publicara.
Y no es que nadie se percatase de la situación. Parece lógico pensar que la empresa que explotaba este servicio, MadridVision, tratase su renovación a su debido tiempo. Y algunos detalles hacen sospechar, por ejemplo, el NaviBus. Se trata de un servicio que la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) opera en las fechas navideñas de todos los años, curiosamente alquilando los vehículos de dos pisos a MadridVision. Es habitual que este servicio especial se inicie antes de Nochebuena y finalice el 7 de enero, concluida la visita de los Reyes Magos. Sin embargo, este año, el convenio se alargó sólo hasta el 3 de enero, el día que expiraba la concesión del servicio turístico.
Otra posible explicación sería de índole burocrática. Hace apenas un año, el control sobre el servicio del autobús turístico pasó de las manos del Area de Movilidad a la de Economía. Dado que el Patronato Municipal de Turismo depende de esta última, parecía lógico agrupar las competencias. Pero, al final, uno por otro y la casa sin barrer.
Y, por último, el esperpento de los vehículos. El Ayuntamiento reclamaba su "reversión" para poder seguir prestando el servicio por su cuenta, a través de la EMT. Sin embargo, como declaraba en su momento el director de MadridVision, Heriberto Verdés, "para devolver algo primero te lo tienen que haber dado, y eso no sucedió". Los vehículos en cuestión, 28 en total (en diferente estado), son propiedad de la UTE de Madrid Vision, aunque, ante la presión, se ha optado por cederlos, sin por ello renunciar a exigir la compensación económica oportuna. Las cifras que se reclaman no han trascendido, pero se sitúan entre tres y 4,5 millones de euros.
Entre tanto, el personal de Madrid Vision está en suspensión temporal de contratos, a expensas de que se resuelva el concurso en trámite. Y habrá que ver qué transportistas se presentan al mismo. De momento, Juliá (una de las tres empresas que componían la UTE) ha manifestado su interés por comprar a Trapsa su parte de la empresa, y seguir adelante.
Lo que está claro es que, mientras, la EMT se tiene que hacer cargo ‘por el artículo 33’ de la explotación de un servicio que poco o nada tiene que ver con su actividad habitual (sólo que transporta pasajeros, pero con motivaciones bien distintas y con planteamientos empresariales diametralmente opuestos), y además durante un periodo transitorio que no invita a la inversión para hacerlo rentable. Por poner un ejemplo, los billetes no se podrán comprar por Internet, como sucedía antes, con el perjuicio que eso supone para el servicio y para los usuarios.
¿Y de quién es la culpa? He aquí el gran misterio. Si convenimos que se trata de una negligencia, alguien la ha tenido que cometer. Pero ha pasado un mes desde que saltó la polémica, y nadie se ha atribuido la responsabilidad. Ni se espera que suceda. ¿Por qué? ¿Es que nadie va a asumir la ‘culpa’? Una de las cinco capitales más importantes de Europa se queda sin servicio de autobús turístico durante un periodo indefinido de tiempo ¿y no pasa nada? ¿Se imaginan la cara de los extranjeros que llegaron a pasar las fiestas a Madrid, con sus billetes en la mano, y no pudieron hacer uso de ellos?
Como decíamos al principio, ésto no debe suceder. Como ya ha pasado una vez, que no se repita, que se depuren responsabilidades, que se agilicen los trámites burocráticos para que el servicio sea explotado de nuevo a la mayor brevedad, y que sirva de ejemplo para que no tengamos que sufrir capítulos tan lamentables en adelante.
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