Esta iniciativa establece una alianza público-privada para promover Estados Unidos como destino turístico internacional. Dicha colaboración se financiará mediante el cobro de esta cuota a los visitantes internacionales y con una inversión de 100 millones de dólares (74 millones de euros).
La tasa, que se abonaría cuando el viajero se registre a través del sistema electrónico de autorización de viaje (ESTA, en sus siglas en inglés), fue criticada a finales de año por el Sector de agencias de viajes. Al respecto, el presidente de AEDAVE, José Manuel Maciñeiras, aseguraba que "se trata de un absurdo método para promocionar el Turismo y una decisión que, paradójicamente, puede suponer una disminución del Turismo que recibe Estados Unidos, por ejemplo, del Turismo emisor español". Por su parte, el gerente de la Unión Empresarial de Agencias de Viajes (UNAV), Ramón Buendía, opinaba que la medida podría "dañar la imagen del destino, por lo que sería negativa para el Turismo de Estados Unidos y para las ventas de las agencias de viajes".
También la Comisión Europea se pronunciaba en contra de esta medida. Tras conocer las intenciones de Estados Unidos, Bruselas calificaba la cuota como "un paso atrás" en los esfuerzos de la Unión Europea y dicho país para "facilitar la movilidad transatlántica".










