El recorte del sueldo a los funcionarios y la congelación de pensiones inhibe aún más el gasto en viajes y vacaciones de las familias, en el peor momento posible: justo cuando arrancan las reservas para la temporada de verano. Se descarta así la tímida esperanza de una cierta recuperación del emisor en verano. Y está la peor noticia posible para el Sector.
La reducción (o la no ampliación, a diferencia del año pasado) de 200.000 plazas de los viajes subvencionados por el Imserso, a causa del tijeretazo al gasto público, es otra mala nueva para la Hotelería, que se ve obligada a fiar su suerte a la evolución del receptivo, ante este nuevo mazazo al emisor.
No es difícil imaginar los negativos efectos colaterales para el Turismo del advenimiento de la austeridad en el gasto público. Si ya era difícil contar con dinero público (e incluso cobrar lo que adeudan Administraciones autonómicas y locales), a partir de ahora el Sector Turístico puede esperar muy poco de la Administración Central del Estado, de las Comunidades autónomas y los Ayuntamientos.
Tampoco cabe flexibilidad alguna de Hacienda en la aplicación al Turismo del incremento del IVA. Por el contrario, es previsible un mayor incremento de la presión fiscal. En suma, el emisor español tiene ante sí una encrucija aún más difícil de la que viene soportando en los últimos años.
El fin de la denostada alternativa Zapatero, basada en el recurso keinesiano de recurrir al endeudamiento para atenuar la crisis (España aún tiene margen para incrementar su deuda en un 30%, hasta situarse en la media del núcleo duro de la Unión Europea), supone un duro golpe para nuestro receptivo.
El Sector criticaba al Gobierno por no apretarse el cinturón, mientras que exigía más recursos para el Turismo. Y, finalmente, la reducción del desbocado déficit público ha llegado en forma de un decretazo que, probablemente, es sólo el principio de una medicina con ostensible sabor a purgante.
El verano de 2010 será, según todas las previsiones, otro mal verano para el emisor, aunque el receptivo mejore. Con la desasosegante sensación —al menos para este Sector— de que tal vez va a ser peor el remedio que la enfermedad, los agentes afrontan una temporada de ventas en la que, este año sí, el emisor tocará fondo; pues resulta difícil imaginar un panorama más sombrío.
Y una vez más, la dureza de la situación y el estrés de los clientes serán algunas de las mejores bazas del Turismo, como imprescindible vía de escape y terapia necesaria para soportar estos duros tiempos. Es previsible que el decretazo de Zapatero haga caer aún más el gasto en vacaciones de los españoles, estimulando un ahorro que nos sitúa en el punto opuesto de lo que ocurría hace años, cuando vivíamos un 30% por encima de nuestras posibilidades. Y de aquellas aguas, estos lodos.
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