El proyecto diseñado por los arquitectos José Selgas y Lucía Cano, los mismos que elaboraron el Palacio de Congresos de Badajoz, pretende ser un referente del Sector en la ciudad, además de un edificio innovador caracterizado por los materiales, su iluminación interior nocturna y el vestíbulo mirador.
La primera fase que se encuentra en ejecución incluye los previos movimientos de tierra, considerando lo inclinado del terreno donde se encuentra, la cimentación, la construcción de la estructura de hormigón armado, la pasarela de acceso y la sala de exposiciones. En estos momentos ya se encuentra levantada la estructura que se ubica en el barrio de Fuente de la Serena de la ciudad extremeña.
En octubre de 2006 el consejero de Cultura por aquel entonces, Francisco Muñoz, y la alcaldesa, Elia María Blanco, colocaron la primera piedra del edificio, asegurando que para 2010 estaría terminado. En la actualidad, las autoridades competentes no aseguran alguna fecha de terminación teniendo en cuenta el ritmo al que van las obras.
Características del proyecto
El Palacio de Congresos del Berrocal contará con una superficie total construida de 11.388 metros cuadrados. Su interior contendrá una sala principal con la posibilidad de abrir el fondo del escenario al paisaje y con una capacidad de 800 a 1.000 localidades. Asimismo, tendrá una sala para 300 plazas, dividible en tres de 100, una zona para exposiciones de 1.000 metros cuadrados y otra de hostelería de 300 metros cuadrados en el nivel superior.
Pero lo más llamativo del edificio, aseguran sus responsables, "no es sólo su concepto interior sino también la configuración externa, los atractivos volúmenes de su forma, su condición de pórtico entre la ciudad y el paisaje, sus contrastados colores o su carácter luminoso desde el interior, gracias al ‘eften’, un ligero pero resistente material traslúcido que contribuye a forjar una imagen liviana", como de nave fondeada en el muelle granítico del Berrocal, capaz de levar anclas en cualquier momento, tal y como lo ha descrito el arquitecto del proyecto, José Selgas.
Abierto al paisaje más que a la ciudad, según Selgas, el edificio se ubica en el límite entre ambos y a él se accederá, como a un barco, por una pasarela en rampa color butano que da a un gran hueco o pórtico del mismo color que enmarca el horizonte de poniente. Además de mirador, este espacio de acceso hace la función de un gran hall abierto cuyo fuerte color resalta sobre el suave verdáceo del traslúcido material que recubre el resto del inmueble.









