El lujo no sólo sobrevive a las crisis, por lo general se refuerza en ellas. Se han buscado muchas explicaciones para este fenómeno, que se presenta en distintos sectores de la economía, como el de la automoción, y que no es ajeno al de la hotelería. Así, según un informe elaborado por DBK, en diciembre de 2012 se encontraban en funcionamiento 302 hoteles de cinco estrellas, 41 más que a finales de 2008, lo que supone un crecimiento acumulado en este período del 15,7%. Por su parte, el número de habitaciones se incrementó entre los años citados en 4.700 unidades, hasta situarse en 44.500. Es decir, durante el tiempo que ha venido durando esta crisis, se aprecia un aumento de la importancia relativa de la categoría cinco estrellas respecto al sector hotelero en su conjunto, representando ya el 5% de la oferta total de habitaciones.

