La crisis financiera provocada por las dificultades del mercado inmobiliario estadounidense en las últimas semanas no afecta al crecimiento turístico, según confirman desde la Organización Mundial del Turismo (OMT). Además, explican que "si el crecimiento de la economía, y por tanto, el poder adquisitivo de los grupos sociales que participan mayoritariamente en el fenómeno de los desplazamientos internacionales hubieran de crecer menos, dista mucho de resultar evidente que su repercusión en los gastos de carácter turístico fuera a ser proporcional".
"Para que el Turismo internacional se viera verdaderamente afectado, haría falta un hundimiento de la economía real", afirman desde la OMT. Hasta el momento, "esta crisis bursátil no ha tenido un impacto real, pero todo depende de cómo evolucione la economía en las próximas semanas", afirman a NEXOTUR fuentes próximas a la delegación de la OMT en España.
Los viajes se han convertido en un fenómeno sociológico de peso, y en caso de necesidad, las familias están dispuestas a aceptar sacrificios en otros campos del consumo, "antes que renunciar a salir", según la OMT. Así lo demuestra el hecho de que dos tercios de los europeos tenían intención de ir de vacaciones este verano, un 6% más que en 2006, según los datos del Barómetro IPSOS 2007. De acuerdo con la OMT, la crisis bursátil estadounidense no habría afectado a la decisión de los europeos de viajar, y esperan que el Barómeto de la OMT de octubre confirme esa tendencia positiva registrada en los cuatro primeros meses del año con un crecimiento del 6,3% en las llegadas internacionales.
Los tipos de interés amenazan al Turismo
Más inquietante que el ‘crack’ inmobiliario de EE UU es la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) decida subir los tipos de interés. Por el momento, el BCE mantiene el precio del dinero en el 4,506%, lo que provoca la satisfacción tanto en la OMT como en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Respecto a esta cuestión, el presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha advertido que "una nueva subida afectaría negativamente al poder adquisitivo de los españoles, al empleo y al consumo".









