No habrá, por tanto, BSP aéreo semanal. Y los agentes, abrumados por tensiones de tesorería (como el resto del empresariado), no se verán obligados a aceptar el enésimo trágala de ese sistema feudal que es el BSP. Esta buena noticia es, sin duda, un importante logro del Sector, que hay que poner en el haber de las Asociaciones empresariales.
La tan inteligente como eficaz negociación de los representantes del Sector pasó por poner de manifiesto la escasa morosidad relativa de las agencias españolas, tras el cuantioso default del consolidador online Terminal A —cuyas heterodoxas prácticas eran conocidas por el BSP— que se esgrimió como justificación para endurecer el sistema de pago de la cámara de compensación de las aerolíneas.
Cargados de razón tras la desastrosa imposición de los fees aéreos, que ha llevado a parte del Sector a la insolvencia a causa de las sanciones impuestas por Competencia, los negociadores de las Asociaciones no estaban por la labor de que IATA impusiera una vez más su voluntad. De hecho, esta falta de sintonía en cuestiones vitales vienen a cuestionar cada vez más la legalidad del controvertido contrato IATA.
El mantenimiento del actual statu quo no ha salido gratis. Las grandes agencias se han visto obligadas a aceptar ser calificadas (en materia de riesgo) por una empresa de rating, cuyos criterios serán presumiblemente definidos por Iberia. Esta calificación permitirá a medio centenar de agencias grandes y medianas (cuya facturación supere 700.000 euros en billetaje) efectuar la liquidación cada 50 días. Y, lo más importante, convierte en "voluntario" el pago semanal (o quincenal) para las minoristas españolas.
La disposición al diálogo mostrada por la actual dirección comercial de Iberia, así como la actuación unitaria del Sector —que da otro paso hacia la unificación en ciernes—, explica en buena parte este sastisfactorio acuerdo, que pone fin a la penúltima vuelta de tuerca de IATA a su fuerza de ventas.
La APJC, que reúne a las agencias con las aerolíneas, se revela así como una eficaz mesa de diálogo sectorial, donde plantear futuras controversias.
Porque en algún momento habrá que entrar a fondo en una relación comercial manifiestamente mejorable. Empezando por las durísimas condiciones que soportan los agentes en caso de impago al BSP (el temido default), hasta el punto de que —pese a poner su patrimonio a disposición y someterse a concurso de acreedores—, los propietarios de las agencias se ven obligados a afrontar incluso un proceso penal que, potencialmente, puede llevarle a prisión. Y esto no es sólo teoría: ahí está el sangrante caso del presidente de AEDAVE como ejemplo.
La normalización de las relaciones con IATA, basándose en el equilibro, el diálogo y la lealtad, es una creciente exigencia del agente, que ya no está para trágalas ni para aceptar imposiciones de sistemas feudales.
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