El estudio realizado por el Ministerio de Fomento prevé que los 3,6 millones de pasajeros que utilicen este servicio en 2011 realicen un gasto de 865 millones de euros, lo que supondrá un volumen de negocio de casi 1.500 millones de euros y la generación de más de 21.800 puestos de trabajo.
Asimismo, los usuarios de la alta velocidad que se desplacen por motivos de negocio destinarán 86 euros de cada 100 a la reserva de alojamientos y al gasto en restauración, mientras que los viajeros por ocio invertirán 30 euros de cada 100 a actividades de ocio y cultura.
Por otro lado, el Ministerio de Fomento ha comentado que de los 3,6 millones de pasajeros previstos para 2011 en la línea del AVE Madrid-Valencia, 800.000 serán viajeros nuevos. Además, ha señalado que cuatro de cada diez desplazamientos entre Madrid y Valencia se realizarán en tren de alta velocidad. Asimismo, ha afirmado que el AVE sustituirá al 55% de los trayectos que actualmente se realizan en avión entre la capital madrileña y la valenciana, así como al 25% y al 5% de los desplazamientos que se realizan en coche y autobús, respectivamente.
Consecuencias de la puesta en marcha
Los cambios de elección del modo de transporte para viajar entre Madrid y Valencia, tendrán “importantes” efectos económicos y sociales. “Va a suponer un importante incremento de la productividad, ahorrando 21 millones de horas anuales en desplazamientos, con respecto a otros modos de transporte”, ha afirmado el ministro de Fomento, José Blanco. Este ahorro equivale, según el Ministerio, a 408 millones de euros, el 8% del PIB de Valencia.
Otra repercusión de la llegada del AVE a Valencia es que contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al evitar el vertido a la atmósfera de 842.000 toneladas de CO2 hasta el año 2016. Esta cifra supone, por ejemplo, el consumo energético durante seis años de los hogares de una ciudad con una población como la de Alicante.









