Las agencias, al igual que el resto de las empresas y las familias españolas, han vivido por encima de sus posibilidades, y ahora nos toca pagar la abultada factura. El duro invierno que nos aguarda, con un otoño no menos difícil, traerá consigo el efecto dominó provocado por la acumulación de malos resultados, el agotamiento de los recursos propios y las dificultades para el acceso a la financiación. El Sector llega a 2010 extenuado y sin apenas margen de maniobra ni recursos. Aunque, eso sí, habiéndose aplicado un severísimo recorte de gastos, que deberá continuar.

