El nuevo presupuesto mantendrá la financiación hasta el 30 de enero
El Gobierno Federal de Estados Unidos ha reabierto oficialmente después de 43 días de cierre administrativo, el más largo en la historia del país, tras la aprobación por parte del Congreso de un presupuesto provisional que mantendrá la financiación de las agencias públicas hasta el 30 de enero. Para esa fecha, el Legislativo deberá aprobar las partidas completas para el ejercicio fiscal con el fin de evitar una nueva suspensión parcial.
El paquete de continuidad presupuestaria, firmado por el presidente Donald Trump, garantiza financiación temporal para todas las agencias federales y otorga al Congreso un margen adicional para negociar un acuerdo a largo plazo. Además, introduce mecanismos para evitar futuros cierres de esta magnitud, que han tenido un fuerte impacto en la economía y en los servicios públicos esenciales.
El nuevo presupuesto permitirá el regreso de aproximadamente 670.000 empleados federales que estuvieron sin trabajar ni cobrar durante seis semanas. Asimismo, se garantiza el pago de los salarios atrasados a los 730.000 funcionarios esenciales que continuaron en sus puestos pese al cierre, pero que solo habían recibido una paga parcial correspondiente a los últimos días de septiembre.
El restablecimiento del funcionamiento gubernamental se espera que alivie la crisis en el transporte aéreo estadounidense, uno de los sectores más afectados por la falta de personal. Durante el cierre, la escasez de controladores aéreos, muchos de los cuales solicitaron permisos o buscaron empleos temporales, obligó a reducir progresivamente la operativa en los principales aeropuertos del país, hasta disminuir en torno a un 10% su capacidad normal, provocando miles de retrasos y cancelaciones desde el 7 de noviembre.
En busca de la estabilidad
El presupuesto aprobado por el Senado y ratificado posteriormente por la Cámara de Representantes también revierte los despidos de unos 6.000 funcionarios federales autorizados por la Administración Trump durante el cierre y bloquea cualquier reducción de personal adicional hasta enero.
Con esta medida, el Gobierno estadounidense busca recuperar la estabilidad institucional tras más de un mes de parálisis, restaurar la confianza de los trabajadores públicos y garantizar la continuidad de los servicios esenciales que se vieron gravemente afectados por la falta de financiación.





