En un ejercicio de irresponsabilidad, algunos expositores de Fitur han utilizado la divulgación de su no presencia en la feria, como un argumento para rebajar el coste de los espacios contratados. Y aunque es legítimo no participar en el salón, e incluso pretender que los organizadores reduzcan el precio, lo que no es de recibo es contribuir a debilitar una feria como Fitur, que es el gran escaparate y un patrimonio de todo el Sector.
El debate sobre el precio del metro cuadrado (excesivo para muchos expositores e inferior a las grandes ferias europeas según los organizadores) es una cosa. Pero otra es cuestionar la utilidad de nuestra gran feria. La mayoría de los proveedores y empresas del Sector, pese a bajas tan notables como Iberia, Amadeus, Tras-mediterránea, Avis o Talonotel, participan en Fitur 2009. Millares de profesionales acudirán del 28 al 30 de enero, en plena crisis, como visitantes de este excepcional acontecimiento que es Fitur. Es cierto que algunos lo harán para dejarse ver (entre ellos no pocos agentes en paro, tras haber sido despedidos en los últimos meses). Pero la necesidad de pulsar el mercado será mayor que nunca en la próxima edición de la gran feria de Madrid.
El drástico recorte de gastos en el presupuesto de marketing, efectuado por la práctica totalidad de las empresas del Turismo en España, ha afectado especialmente a su participación como expositores en las ferias profesionales. Pero Fitur es un valioso activo que, lejos de denostar, el Sector debe de proteger y apoyar.
La actual situación clarificará una actividad en la que abundan ferias políticas y locales, impulsadas con dinero público y que responden más a veleidades políticas que a la necesidad que de estos salones tiene el Sector.











